¿El Sexo te Despierta o te Adormece? El precio del Sexo Casual
Septiembre 4 de 2024
Por: Carolina Caballero Sánchez
Hace algunas décadas, el sexo era visto como un encuentro reservado para un vínculo estable, incluso considerado una unión “para toda la vida”. Socioculturalmente -sobre todo para las mujeres- el sexo siempre fue un aspecto moralmente delicado. De aquí el mandato de llegar “vírgenes” al matrimonio, cosa que determinaba la pureza y la valía femenina.
En tiempos modernos esto ha cambiado, llevándonos justo al extremo opuesto. Está muy de moda vincularnos de forma casual, sin tener vínculos en medio, ni compromisos que nos aten. Dando lugar a la conocida frase de “solo estamos pasando un buen rato”.
Hoy, solemos fluctuar entre las dos posiciones extremas: O estamos de acuerdo con la monogamia y el moralismo, o somos completamente libertinos.
¿No sería mejor tener una tercera opción que fuese un poco más…¿equilibrada? ¡En este blog la descubriremos!
¿Qué tipo de Sexualidad Practicas?
En el mundo actual, el sexo suele estar reducido a un acto puramente físico. Un «mete y saca» que practicamos de forma casi mecánica, buscando repetir poses y formas que aprendimos desde los relatos de otras personas, o desde la pornografía.
Este tipo de sexualidad puede dejarnos con una sensación de vacío, como si estuviéramos evadiendo algo más profundo que no queremos ver. Aquí es donde surge la pregunta crucial: ¿Qué tipo de sexualidad estoy practicando?
Te haré algunas preguntas importantes…
- ¿Sientes una conexión más profunda con tu pareja después del sexo o simplemente te «lavas y quedas igual»?
- ¿El sexo te deja revitalizado, más consciente de tu cuerpo y tus emociones, o simplemente te sientes agotado y desconectado?
- ¿Utilizas el sexo como un escape a algo que tienes dentro, o como una herramienta para conectar más profundamente contigo y con el otro?
- ¿Buscas con desespero el sexo sin importarte realmente qué hay dentro de esta otra persona, porque incluso llevas muy poco conociéndola?
¿Será que buscamos el sexo físico y casual, para llenar vacíos emocionales, en vez de buscar una conexión profunda?
Estas preguntas pueden parecer incómodas, pero son esenciales para entender si tu vida sexual está contribuyendo a tu despertar, a tu florecer… o a tu adormecimiento.
Más allá de las posturas extremistas sobre el Sexo
Sabemos que la sexualidad, en esencia, es una fuerza muy poderosa. Sin embargo, no comprendemos cómo gestionarla. No sabemos cómo llevar una sexualidad libre, pero que a su vez sea sana. Y no solo me refiero a cuidarnos de enfermedades de transmisión sexual, sino a todo lo que compartimos con en un encuentro íntimo: energía, emociones, pensamientos. Aspectos que los pragmáticos no toman en cuenta, pero que desde la naturaleza energética del ser humano, es una realidad innegable.
Has pensado que… cuando le abres las piernas a un hombre para que te penetre, te está penetrando con toda su luz, pero también con toda su oscuridad?
Y para los hombres: Han pensado que cuando le meten el pito a una mujer, están sembrando en ella todo lo que ustedes tienen en su interior?
Piensa en esto: has llegado del trabajo luego de un día muy pesado, con una frustración increíble. Tú, no quieres sentirte así, quieres vaciarte de esa sensación. Y decides que te sacarás eso que sientes «echandote un polvo» con tu esposa; pues bien, esa misma emoción es lo que sembrarás en esta mujer.
Toda emoción, como rabia, sensación de huida, miedo, desconexión…todo lo que le «metas”, florecerá en ella. Lo menciono por si alguna vez te has quejado de lo amarga y frustrada que es tu mujer…pues bueno, hay que comenzar a pensar qué has le ayudado a engendrar a través de la sexualidad.
¿Te has preguntado qué emociones son tuyas, y cuales provienen de las personas con las que te compartes sexualmente?
¡Ojo con eso!
Es por esta poderosa razón que el sexo puede llevarnos a un estado de conciencia superior o, en su defecto, sumergirnos en un letargo profundo. Es decir, la sexualidad puede «despertarnos» hacia una nueva versión personal, o simplemente puede adormecernos. Si estás list@ para una conversación franca y reflexiva sobre el sexo, sigue leyendo.
En este blog vamos a conocer una tercera postura sobre la sexualidad, distinta a los extremos de la monogamia y el libertinaje, para pasar a un concepto neutral que llamaremos Sexualidad Consciente.
Sexualidad Consciente: El Sexo que Despierta
El sexo consciente no se trata de reprimir los impulsos sino de estar completamente presente en cada momento para conectar con tu cuerpo y tu pareja a un nivel más profundo.
Y no estoy romantizando esto. Cuando hablo de conexión, hablo de una verdadera intimidad. Y ¿por qué esto es importante? Bueno, cuando existe un canal de conexión con el otro, ambos pueden nutrirse de la enorme fuerza energética que conlleva el sexo.
Cuando practicamos la sexualidad con plena conciencia, nuestros sentidos se agudizan, nuestros pensamientos se calman y nos sumergimos en una experiencia interior muy potente. Así el sexo nos alimenta energéticamente, nos despierta, nos permite evolucionar.
¿Cómo lograr la Conexión Sexual?
Para tener conexión, deberás despertar tu sensibilidad interior, para saber si realmente estás vibrando con esta otra persona, más allá de su apariencia física, o el impulso que te dan unas cuantas copas.
Es decir, necesitas estar en conexión contigo, para conectar con el otro. Y sobre todo, para comprender desde dónde nace ese impulso sexual.
Piensa en esto: Estás estresado o estresada. Llegas a un bar, tomas una copa, y encuentras a alguien que te agrada. Terminas en casa con esta persona teniendo sexo casual, y piensas…”¡Qué suerte tengo!» «¡Que buen polvo!» «Vaya, no he perdido mi toque, ¡aún levanto!”
Quizá tu autoestima se haya inflado, y piensas que has tenido una buena faena, pero lo que en realidad querías y necesitabas era quitarte el estrés de encima, porque tu cuerpo se sentía muy agotado.
¿El resultado? Con seguridad el estrés se ha ido, pero tú estás ahora conectado con alguien que ni conoces de forma real. Entonces… ¿Vale la pena pagar este precio? Yo creo que es muy alto. Para quitar el estrés, mejor te das una ducha caliente, te relajas, y si en realidad quieres descargarte, pues te tocas un rato a solas.
La sexualidad consciente se reduce a a estar presente en tus sensaciones, y ser franco contigo mismo sobre qué te impulsa a buscar ese encuentro.
Y para eso necesitas dos cosas: despertar tus sentidos, y permitirte reconocer tus emociones.
1. Despertar tus Sentidos
La sexualidad consciente es una poderosa herramienta para despertar el cuerpo sensorialmente. En lugar de apresurarnos hacia el orgasmo y centrarnos en los genitales, nos enfocamos en el cuerpo para disfrutar del viaje sensorial: Sentir realmente cada caricia, cada suspiro, conectar con cada mirada. Olernos, sentir la piel del otro, e incluso sentir la energía propia y la ajena.
Este enfoque nos permite redescubrir nuestro cuerpo y el de nuestra pareja, experimentando un placer más profundo y duradero. De esta forma, el acto sexual se convierte básicamente en un arte sensorial, donde cada movimiento hace parte de la conexión íntima que necesitamos para nutrirnos del encuentro.
2. Reconocer tus Emociones
No hay sensibilidad interior, si no estás dispuest@ a escuchar tus emociones y reconocerlas. Es una tarea de mucha valentía, pues en realidad no estamos educados para darle el lugar que merece a nuestro mundo emocional.
Debemos observar adicionalmente, que el pilar en la moda del sexo casual, es precisamente “no meterle corazón”. Y esto en términos de la salud sexual es muy grave, porque alejar las emociones del sexo, es ir en contra de tu naturaleza. Entonces, si quieres que el sexo te nutra verdaderamente, debes permitir que tu energía sexual llene el interior de tu cuerpo para alimentarte adecuadamente de ella. Entonces, si «alejas» tu corazón -o las emociones- del sexo, es como si pusieras una barrera entre tu sexualidad y el resto de tu cuerpo.
¿Habías pensado en esto alguna vez?
Comprender que las emociones están en nosotros, y que la sexualidad consciente nos lleva a reconocerlas, es trascender lo físico y utilizar la energía sexual para despertarnos.
Reconocer nuestras emociones antes y durante el acto sexual, sin ningún juicio y sin miedos, es realmente la forma más real para “desnudarnos” ante otro, y abrir nuestra vulnerabilidad para lograr una profunda conexión.
Cuando la Sexualidad te Adormece
Por otro lado, cuando el sexo se practica de manera inconsciente, puede tener el efecto opuesto, adormeciendo nuestra conciencia y dejándonos insatisfechos. Este tipo de sexualidad es aquella en la que no estamos verdaderamente presentes, donde el acto se convierte en una rutina o una manera de llenar un vacío emocional o físico sin realmente abordar la causa.
En lugar de sentirnos más conectados y vivos, nos encontramos más desconectados y alienados, tanto de nosotros mismos como de nuestras parejas. Esta desconexión puede llevar a una falta de satisfacción y a una búsqueda constante de estímulos externos que nunca logran llenar el vacío interno.
Por eso, pon mucha atención a la manera cómo estás llevando tu sexualidad, porque ahí hay un punto crucial que define tu armonía a todo nivel.
Adormecer tu Cuerpo
El sexo inconsciente puede llevarnos a adormecer nuestro cuerpo. En lugar de estar presentes y disfrutar del momento, nos desconectamos de nuestras sensaciones físicas. Esto puede resultar en una falta de placer y una insensibilidad creciente hacia las necesidades y deseos de nuestro propio cuerpo y el de nuestra pareja.
Te confieso algo: Este es el factor de desconexión de casi el 70% de las parejas que llegan a mi consulta con problemas en su sexualidad: Alejarse del cuerpo, romper la relación con él y dejarlo adormecer. Esto ocurre cuando comenzamos a depender de estímulos visuales, de juguetes sexuales, o tener el hábito de irnos mentalmente del encuentro para estar en una fantasía alejada del momento presente.
Adormecer tu Espíritu
Finalmente, el sexo inconsciente puede adormecer incluso nuestra conexión espiritual. Piensa en esto: la sexualidad es en sí la fuerza de la vida misma, y cuando nos alejamos conscientemente de esta fuerza, nos alejamos de la existencia. En lugar de sentir una conexión más profunda con la creación y con nuestra esencia espiritual, nos sentirnos más alejados de nuestro verdadero ser.
Esta desconexión espiritual puede manifestarse en una sensación de vacío y en la incapacidad de encontrar un sentido más profundo en nuestras vínculos emocionales y relaciones sexuales.
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