Octubre 12 de 2024
Por: Carolina Caballero
Durante toda su vida, la mayoría de los hombres aprendieron una relación directa entre placer sexual y eyaculación. Incluso, yo diría que relacionan masculinidad con eyacular. Esto hace que sea casi inconcebible la idea de tener un orgasmo sin eyacular.
Sin embargo, las prácticas ancestrales holísticas rompen estos estigmas, apoyadas actualmente con la neurociencia. Estos enfoques nos revelan que sí es posible separar el orgasmo masculino del acto eyaculatorio y usar esa energía sexual para cultivar vitalidad, poder personal, creatividad y enfoque en proyectos.
Este concepto puede parecer irreal para los hombres que han crecido con la idea de que el sexo culmina al correrse sacando el semen de su cuerpo. Puede que incluso piensen que separar el placer de la eyaculación es innecesario o que su rendimiento en la cama no requiere cuestionarse.
Pero… ¿Y si el verdadero poder del sexo va más allá del placer inmediato? ¿Y si retener tu semen pudiera revolucionar tu vida?
La idea central de este blog gira en torno a la inyaculación, un concepto que se refiere a la capacidad de experimentar orgasmos “secos” o sin eyacular.
Cuando un hombre eyacula, pierde una gran cantidad de energía vital. Según tradiciones como el taoísmo y otras prácticas holísticas, conservar esta energía sexual permite redirigirla hacia otras áreas de la vida, como la vitalidad física, el enfoque mental, la creatividad y productividad.
Aunque de principio pueda sonar místico o esotérico, la neurociencia moderna está comenzando a estudiar los efectos del manejo consciente de la energía sexual. En lugar de liberar esa energía con cada eyaculación, los hombres pueden aprender a cultivarla y transformarla en fuerza creativa y productiva.
Para entender por qué esta práctica es relevante, es importante observar lo que sucede cuando un hombre eyacula. Durante el orgasmo, el cuerpo libera un cóctel de hormonas, como la oxitocina y la prolactina, que generan una sensación de placer y relajación. Sin embargo, tras la eyaculación, el cuerpo masculino también experimenta una disminución significativa de energía. Esto lleva a lo que muchos conocen como el “período refractario”, en el que el hombre siente fatiga, falta de enfoque y una necesidad inmediata de descanso.
Sin embargo, estudios en neurociencia indican que cuando un hombre no eyacula, el cerebro sigue recibiendo la misma estimulación placentera, pero el cuerpo aprovecha toda la fuerza de la energía sexual del semen, reteniendo dentro del cuerpo. Al retener esta energía, el hombre puede canalizarla hacia su salud física, su capacidad creativa y su productividad en proyectos o emprendimientos.
Desde el punto de vista científico, la investigación ha demostrado que la eyaculación frecuente está asociada con una disminución de testosterona temporal, la hormona responsable de la libido, la energía física y el poder sexual. Por otro lado, cuando los hombres practican la retención de la eyaculación, sus niveles de testosterona se mantienen estables, permitiéndoles tener más energía y vitalidad en su día a día .
Sin embargo, cuando los hombres cambian su aprendizaje sexual y optan por manejar su eyaculación, activan las regiones cerebrales relacionadas con el autocontrol y la toma de decisiones conscientes. Esto no solo mejora la vida sexual, sino que también puede generar mejoras en áreas como el enfoque, la toma de decisiones y la capacidad de resolver problemas.
Los estudios sobre la frecuencia de eyaculación y su impacto en la salud masculina sugieren que eyacular demasiado a menudo puede llevar a una disminución de la energía física, mental y emocional. Los síntomas pueden incluir fatiga, falta de motivación y una sensación general de agotamiento. Esto se debe a que el cuerpo utiliza muchos recursos para producir esperma y recuperarse de la eyaculación.
Tradiciones ancestrales como el taoísmo y la medicina china,nos muestran que los hombres pierden parte de su “chi” o energía vital con cada eyaculación. Según esta teoría, conservar esa energía aumenta la longevidad, el vigor sexual y la creatividad.
Uno de los mayores obstáculos para que los hombres adopten este enfoque es el estigma cultural que rodea al rendimiento sexual. Muchos hombres se sienten presionados a eyacular cada vez que tienen relaciones sexuales. Incluso las mismas mujeres podemos ejercer esa presión por ver el “premio” de la faena.
En definitiva, existe una creencia cultural de que la eyaculación es el indicador final de éxito sexual: si no eyaculas, no has tenido «éxito».
Este mito está profundamente arraigado en la percepción masculina de la virilidad y el rendimiento sexual. Algunos hombres creen que hablar de estos temas puede poner en duda su masculinidad, o que retener la eyaculación es una señal de debilidad.
Sin embargo, es todo lo contrario: la hombría está al otro lado del manejo consiente sobre la propia sexualidad, lo cual requiere una gran fuerza de voluntad, conciencia y conexión con sí mismo.
Vitalidad Física:
Durante algunos años atendiendo a hombres en consultas uno a uno y en talleres grupales sobre sexualidad masculina, he podido ser testigo de la enorme transformación que genera el separar el orgasmo de la eyaculación. Los hombres que practican la retención seminal informan niveles más altos de energía física y aumento de la productividad. Al no perder su energía vital con frecuencia, pueden invertirla en actividades importantes, manteniendo un nivel de energía más constante a lo largo del día.
Poder Personal:
La retención de la eyaculación también genera una mayor sensación de sentirse dueño de sí mismo. Este control no solo mejora la vida sexual, sino que se extiende a otras áreas de la vida, como el trabajo, el emprendimiento y las relaciones interpersonales. La mayoría de mis alumnos coinciden en experimentar mayores niveles de autoconfianza, lo cual mejora la comunicación en pareja y la conexión en sus vínculos emocionales.
Creatividad y Claridad Mental:
La energía sexual puede ser redirigida hacia proyectos creativos y profesionales. Mis consultantes que practican la inyaculación logran una mayor capacidad para concentrarse y una mayor claridad mental. Esta energía acumulada puede ser utilizada para fomentar la creatividad, lo que es particularmente beneficioso para aquellos que trabajan en áreas que requieren innovación y enfoque continuo.
Sé que la idea de separar el orgasmo de la eyaculación puede parecer difícil de implementar, sin embargo, te dejo algunas técnicas sencillas que doy en mis talleres para hombres, que pueden ayudarte a empezar:
Romper con los estigmas sociales sobre la eyaculación puede ser el primer paso para descubrir el verdadero poder de tu energía sexual. Separar el orgasmo de la eyaculación no solo puede llevarte a una mayor vitalidad y poder personal, sino que también puede transformar tu vida sexual en una experiencia más rica, profunda, satisfactoria y consciente.
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