Junio de 2023
Por: Carolina Caballero Sánchez
Comienza a escucharse más y más el término “Sexualidad Consciente”. Muchas veces como una crítica a la unión banal y fugaz en nuestras relaciones sexuales, o señalando el pensamiento moderno de “libertad sexual”. Por esta razón no sabemos a total plenitud que es la sexualidad consciente, y nos perdemos por ende la capacidad de explorar el placer en múltiples dimensiones.
Decir que tenemos una unión sexual desde la consciencia, es quizá buscar un punto medio. Entre el amplio acceso que tienen las nuevas generaciones en torno a distintas formas de experimentar su intimidad, y el pensamiento tradicional, ligado estrechamente a valores religiosos. Por lo visto somos expertos los humanos en encontrar los extremos, pero muy poco conocemos una postura equilibrada, sobre todo si de sexualidad se trata.
Puede parecer contraintuitivo que hablar de sexualidad consciente nos apropie de tal sensación de libertad y nos desapegue del moralismo. Seguramente sonaría más coherente decir que este es “un camino de celibato o de monogamia total”. Pero, precisamente de eso se trata el término “conciencia”: Se trata de tener la llave para –por fin- salir de tu jaula, y darte cuenta que no la necesitas, porque no existen los barrotes ni las cerraduras.
Conocer tu energía sexual involucra ir a lo más profundo de lo que poseemos. Esto significa: trabajar con nuestro cuerpo, conocer nuestra energía y llegar incluso a tocar aspectos tan vitales como nuestra espiritualidad. Y es aquí donde existe un abismo entre: sexualidad consciente, represión y libertinaje. Me refiero precisamente a la conexión de la energía sexual con la energía espiritual, la energía pura del Amor.
Pero, ¿qué significa establecer uniones conscientes desde la sexualidad? ¿Es un nuevo disfraz de la monogamia y de la represión de lo que sentimos? O por el contrario ¿se trata de una apuesta a vivir desenfrenadamente el sexo? Para entender de qué se trata la sexualidad consciente, primero debemos iniciar por lo más básico. Que es comprender que todo lo que hemos aprendido sobre nuestra expresión sexual, está impregnado de moralismo. Y el moralismo es todo lo contrario a mantener una sexualidad consciente.
Cuando ingresas al mundo misterioso de la energía sexual, siempre te encuentras en un punto donde sientes que tus creencias y aprendizajes sociales sobre el sexo, te han jugado una mala pasada. Sí, sientes como si todo lo que te enseñaron, pareciera haber estado limitándote al querer descubrir un poder increíble que guardaste todos estos años muy dentro de ti. Como si todo lo que te ha permeado sobre la sexualidad, hubiese enclaustrado y silenciado esa parte tan importante en la vida de una mujer.
Entonces, cuando comienzas este camino de sanar y activar tu energía sexual, es como si de repente, te quitarás muchos velos de los ojos, de la piel, de tus genitales, y de cada parte de tu cuerpo. El velo precisamente de la vergüenza y la culpa que aprendimos a sentir desde muy chicas por el sexo y la desnudez. El velo de sentirnos inadecuadas por experimentar deseo y placer.
A través de las respiraciones, ejercicios, meditaciones y sobre todo -de relacionarte con tu energía y tu cuerpo- aparece poco a poco una grandiosa sensación de libertad. La libertad entendida como el permiso que nos comenzamos a dar para sentir auténticamente nuestro deseo. Sin ese acto reflejo de silenciar y reprimir toda la intensidad de nuestra naturaleza sexual. Te comienzas a dar ese permiso incluso para vivir todas las experiencias anuladas y juzgadas en el pasado, sin el juicio propio por hacerlo.
Y como consecuencia de ese sentirte “libre”, aparece un brillo inherente que te vuelve magnética hacia otras personas a tu alrededor. Quizá podrías decirme “no, sería imposible que dijera sí a todo esto”; podrías pensar que sería incluso “muy peligroso”, y lo entiendo, porque el sexo en la mujer de forma libre y auténtica se ha juzgado con cinco letras despectivas siempre: pvt@, p3rr4, z0rr4.
Puede parecer contraintuitivo que hablar de sexualidad consciente nos apropie de tal sensación de libertad y nos desapegue del moralismo. Seguramente sonaría más coherente decir que este es “un camino de celibato o de monogamia total”. Pero, precisamente de eso se trata el término “conciencia”: Se trata de tener la llave para –por fin- salir de tu jaula, y darte cuenta que no la necesitas, porque no existen los barrotes ni las cerraduras.
Conocer tu energía sexual involucra ir a lo más profundo de lo que poseemos. Esto significa: trabajar con nuestro cuerpo, conocer nuestra energía y llegar incluso a tocar aspectos tan vitales como nuestra espiritualidad. Y es aquí donde existe un abismo entre: sexualidad consciente, represión y libertinaje. Me refiero precisamente a la conexión de la energía sexual con la energía espiritual, la energía pura del Amor.
Toda la diferencia entre sentirse libre para operar en el programa del “libertinaje” y sentir libertad para expandirse a través del sexo consciente, se encuentra precisamente en la conexión del sexo y la puerta más espiritual que tenemos: la energía del amor. En otros términos: la conexión de la energía genital con la energía del corazón.
Y quiero hacer un alto en el camino muy importante, porque esta idea quizá pueda reforzar instantáneamente ciertos programas religiosos, como el del matrimonio y la monogamia, muy arraigados en nosotras. Porque el amor como lo conocemos tradicionalmente, está vinculado al romanticismo, a la pareja y sobre todo: a la fidelidad. Pero no es este tipo de amor al que me refiero. El Amor que nos dará una sexualidad consciente, y no un movimiento libertino, es la frecuencia más pura del corazón, que no solicita nada para Ser, para expandirse y llenarlo todo. Es ese amor que surge más allá de la relación contractual o la etiqueta que tenga una persona, una relación o una cosa. Es la fuerza que cohesiona, que une y expande, que lo impregna todo, es el pulso y el impulso mismo de la creación. Es energía espiritual pura.
Este tipo de Amor reconoce la esencia. Escucha lo profundo. Se conecta, se funde. No exige nada, porque no necesita nada. Este es el tipo de energía al que necesitamos conectar la energía sexual. Y sí, claramente ya estás observando esto: Ese amor no tiene que ver con ninguna pareja, sino contigo misma.
De esta forma, el Amor del que hablamos en sexualidad consciente, no es más que el Amor propio por tu esencia. Porque desde aquí comenzará a tomar más relevancia el valor que le das a tu cuerpo. Te vuelves muy selectiva, y comenzarás a discernir a quién dejas pasar a través de tu intimidad, a quién vas a permitir que te penetre. Ese Amor propio tan elevado, te hará comprender que a quien decidas dejar entrar en ti sexualmente, está compartiendo la energía más pura y poderosa que albergas. Y esto no tiene que ver con la moralidad o con el juicio social; tiene todo que ver sobre con quién compartes la energía de mayor poder creador en ti. Y hace falta conectarla con el Amor, para que sea una decisión consciente.
Entonces te estarás preguntando… ¿Cómo elegir conscientemente mis próximas parejas? ¿Y si me equivoco? Bien, creo que esas preguntas son muy oportunas, porque si de algo nos perdimos en nuestra formación, fue sobre cómo elegir a las personas que queremos cerca. Nunca nos lo enseñaron desde la consciencia, sino desde una serie de características que debíamos buscar en el otro. Sin embargo, nadie nos dijo que para encontrar esas “virtudes” en el otro, deberíamos cultivarlas primero en nosotras mismas.
Esto quiere decir que, entre más trabajes en cultivar tu interior, más atraerás y vibrarás en torno a personas que están en esa sintonía. Usar tu energía sexual para cultivar tu interior, es uno de los caminos más poderosos que he podido conocer para sanar heridas del pasado. Así mismo, llenar vacíos, fortalecer el amor propio, hacer las paces contigo misma, cerrar ciclos e incluso sanar la relación con tu energía femenina y masculina.
De esta forma, es que te haces “tu propia media naranja”, te vuelves completa y equilibrada. En este sentido, cuando estás en un nuevo lugar contigo misma, comenzarás a despertar una sensibilidad nueva hacia las personas alrededor. Y esta sensibilidad, será realmente tu guía, tu brújula para elegir conscientemente a tus parejas sexuales desde la total libertad.
No es verdad que “aprendas” cómo ser consciente en tu sexualidad. Tampoco es cierto que haya una forma “correcta” o “incorrecta” de elegir a tus compañer@s sexuales o elegir cuándo unirte a ell@s.
Primero: Manejar conscientemente tu energía sexual, es un arte implícito en la experiencia de tu trabajo con ella misma. No hay forma de aprender en este campo, sino es sintiendo, experimentando, sanando y viviendo tu propia energía sexual.
Por ser un camino tan personal, no hay una forma correcta de saber si has obrado “conscientemente” sobre tus decisiones sexuales. Pero sí hay un termómetro que te puede ayudar a saber si vas por tu camino ideal, y es la sensación de sentirte más vivo y sentirte en paz cuando sales del momento de intimidad.
Si sientes realmente que esa unión te nutre, es una señal de estar en tu propia forma consciente de tu sexualidad. Si por el contrario, te sientes pesada, confusa, ansiosa, insegura…bien, creo que es mejor retornar a ti antes de elegir un nuevo compañero o compañera.
Sexualidad consciente significa encontrar la unión en ti misma, para resonar con alguien que complemente tu camino y lo nutra, usando tu libre albedrío. Sexualidad consciente es compartir la luz y la sombra con nuestras parejas sexuales, (porque ningun ser humano es 100% luz), y aún así, albergar una sensación de paz interior auténtica. Esta debe ser la brújula más sensata para ti en este camino.
Hasta ahora te he mostrado un interesante abrebocas de lo que podemos explorar en una nueva sexualidad consciente, más allá de los mandatos moralistas. Pero debo decirte que esto es sólo el comienzo de un camino transformador y hermoso. Un camino que ya he transitado paso a paso, y que me ha dejado todas las herramientas para poder ayudar a otras mujeres como tú.
Si estás resonando con esta información, te invito a descargar el e-book «5 factores que limitan tu vida íntima» donde encontrarás ejercicios prácticos, e información más profunda sobre sexualidad femenina de forma consciente. ¡Disfrútalo!
