Junio 1 de 2023
Por: Carolina Caballero Sánchez
Reconozco una tendencia muy marcada sobre mujeres mayores de 40 años que acuden a mi consulta y talleres, buscando respuesta a esta situación: ¿Cómo recuperar mi sexualidad luego de un divorcio? ¿Se me pasó el tren de la sensualidad y el erotismo? ¿Aún puedo retomar mi vida sexual? Es por esta razón y varias más, que el día de hoy, me siento en la obligación de darte la orientación que necesitas y que estabas buscando.
Es completamente normal que luego de una ruptura matrimonial, exista una enorme sensación de “estar perdida”, ya que estás en medio de muchas transformaciones al mismo tiempo. Sobre todo si hablamos de todas las situaciones emocionales y familiares que pueden existir en medio.
Gracias a mi trabajo conozco de primera mano un sin número de historias sobre rupturas matrimoniales. En la gran mayoría, la sexualidad suele ser un tema que moviliza dicha decisión. Resulta ser un aspecto álgido para una de las dos personas o para ambas. No entraré en detalles, más bien quiero instar a la reflexión: ¿por qué dejamos avanzar durante años y años, situaciones limitantes o poco placenteras en nuestra sexualidad?
Precisamente no damos espacio a dejar morir todo lo que nos limita en torno a nuestra vida íntima y de pareja, y nos aferramos a sostener esta dinámica sin darnos el permiso de reflexionar. Y en este ejercicio de reflexión, podríamos comenzar preguntándonos: ¿qué hace falta transformar o dejar morir en mí misma para que mi sexualidad sea plena? Es una pregunta personal, pero que debe hacerse en pareja, cada uno viendo su propio proceso. Y en vez de esto, lo que hacemos es aguantar, discutir, y finalmente…romper la relación por donde ha estado más débil.
Después de afrontar está situación, lo más sensato es permitirnos entrar en el vacío. Y con esto me refiero a vaciarnos de todos los conceptos que hayamos aprendido sobre la sexualidad, el cuerpo y la desnudez durante la vida.
Sí, porque no podremos sembrar algo nuevo, en un terreno que está lleno de emociones, conceptos, y experiencias que nos atan a la mujer del pasado. Porque aquello que está lleno, debe vaciarse para recibir algo nuevo. Es exactamente lo que necesitas hacer. (Puede incluso ser muy conveniente realizar corte de lazos sexuales , y vaciarte de la energía que aún compartes con esta persona)
El acto de vaciarnos, es un acto hermoso de muerte. Morir a los conceptos donde el sexo es inmoral, donde el cuerpo se debe esconder con vergüenza, y la sexualidad es igual a “pareja” o “matrimonio”. Y esto solamente por darte algunas ideas. Incluso si te consideres “mente abierta”, con seguridad tienes una buena cantidad de aspectos por transformar y sanar que has vivido frente a tu sexualidad.
Porque todas todas sin excepción hemos estado permeadas por un entorno sociocultural ligado estrechamente a valores religiosos. La religión es sin duda, una de las primeras fuentes de información limitante sobre el cuerpo femenino, la desnudez, y la unión sexual. Desde aquí un sin fin de aspectos se deben trabajar a lo largo de lo que hemos aprendido y luego experimentado sobre la relación con la genitalidad, la corporalidad, el placer y la vida íntima.
Esto es lo interesante del caso, que los orígenes de esas limitaciones sobre el sexo, muchas veces están muy escondidas en nuestra mente subconsciente, es decir, en la “caja negra”. Esa parte de la mente a la que no podemos acceder de forma regular. Incluso, puede suceder que ni siguiera relaciones ciertas experiencias, aprendizajes o emociones en tu vida, con la sexualidad. Y es ahí donde encontrar una persona que te guíe, es pertinente.
Entonces, luego de vaciarnos desde la mente, las emociones y nuestra energía, debemos decidir con qué vamos a llenar de nuevo el cántaro poderoso de la sexualidad.
La clave en este proceso, es iniciar una relación distinta con el cuerpo para sanar la ruptura que hemos tenido con nuestra intimidad.
¿Cómo se logra esto? Tal cual como cuando se inicia una relación con una persona: dándole tiempo y espacio.
Relacionarnos con nuestra corporalidad es un proceso. Es darnos el permiso de normalizar la desnudez en plena soledad, darnos un automasaje, bailar sin ropa, tomarnos ese vino a solas mientras nos acariciamos con un aceite especial…sólo para nosotras.
Es importante que tomarse este tiempo sólo para una misma. Permítete reconectar esa sensibilidad que quizá ha estado anestesiada por tanto tiempo. Precisamente esa es la tarea con el cuerpo: darle voz, reconocerle, explorar por completo tu sensibilidad y darle una nueva voz.
Cuando esta etapa de normalizar tu propia desnudez, esté por completo superada, deberás ahora sí, ir a tu genitalidad, y explorarte tú misma. Te recomiendo que si eres una de estas mujeres que poco se ha tocado en su vida, comiences por tocarte con tus propias manos. No te dejes llevar por la moda del satisfyer. Tus manos son el canal directo del corazón que tienes a tu libre uso siempre, así que llena tu vulva amorosamente de esta energía.
Llénate de sensaciones placenteras que te lleven lejos de todo lo que tu mente pueda decirte en ese momento. Sal de la mente, e ingresa al cuerpo. Entrégate a ti misma, a la sensación de tu piel y cada uno de tus sentidos. Conéctate íntimamente con la persona más importante en el mundo: tú misma.
Si logras hacer esto repetidamente y conectarte de una forma más amorosa y libre con tu desnudez, entonces estarás lista para iniciar una nueva sexualidad. Eres dueña y soberana de tu cuerpo, una tecnología inigualable, hecha para darte sensaciones de disfrute de ti para ti. ¡Te mando mucho amor y vibras placenteras para que inicies este proceso! Si necesitas una ayuda, ya sabes donde encontrarme.
Puedes dejarme tus dudas o comentarios aquí:
