Julio 3 de 2024
Por: Carolina Caballero Sánchez
Cada vez escuchamos más y más sobre los múltiples mandatos y tabúes que existen alrededor de la sexualidad femenina. Sin embargo, casi nada escuchamos sobre las cargas y expectativas socioculturales que existen sobre el hombre y su sexualidad. Esto nos impide lograr una comprensión profunda y holística de su verdadero potencial.
Para muchos hombres, la sexualidad se limita a lo físico, lo inmediato y lo placentero, desconociendo que su energía sexual es una fuerza poderosa con capacidades de expansión personal. En esta nueva entrada de blog, exploraremos por qué los hombres deberían trabajar su sexualidad desde un punto energético, espiritual y sagrado, utilizando datos científicos sobre la energía que respalda la neurociencia moderna.
La energía sexual es una fuerza vital que va más allá de una recompensa física y placentera. En muchas tradiciones holísticas y espirituales, esta energía es vista como una fuente de poder personal y crecimiento espiritual. Sin embargo, muchos hombres desconocen cómo usar esta fuerza, y subestiman su importancia debido a barreras culturales y personales.
Lo cierto, es que la sexualidad está en todos para mucho más que reproducirse, correrse y pasar un buen rato. Existe la visión de la sexualidad como un acto sagrado que nos lleva al fondo del asunto. Para la mayoría de personas este término puede sonar como un concepto místico, alejado de la realidad. Así que comenzaremos desmitificando este término para comprender su verdadero significado.
La sexualidad sagrada no implica “hacer el amor despacito”, rezando, o sin tocarse. El sexo como un acto sagrado, implica iniciar un camino de autoconocimiento donde el cuerpo y la energía sexual, tienen un papel sanador, creativo, manifestador y expansivo del ser.
¿Hablar de Energía sexual, es hablar de misticismo?
En absoluto. Estudios han demostrado que el uso consciente de la energía sexual, regenera el sistema inmune, y activa múltiples regiones cerebrales, liberando neurotransmisores como dopamina, oxitocina y endorfinas. Estos químicos juegan un papel crucial en la motivación, la conexión emocional y el bienestar general. Estas reacciones biológicas no se logran solamente desde un acto sexual como lo conocemos típicamente; se logran principalmente por medio de la meditación con la energía sexual.
Para la mayoría de personas esto puede sonar muy extraño…¿meditar con la energía sexual? “¿Meditar con los genitales?” La respuesta es: Sí.
Si puedes aceptar que todo es energía, y que la tecnología aplicada a la neurociencia hace más de una década comenzó a medir las partículas de luz en el cuerpo (fotones)…si puedes aceptar estos hechos medibles científicamente, entonces estás frente a una verdad muy tangible: La sexualidad no es coito; la sexualidad es una energía que vive en tus genitales.
Desde aquí, las cosas cambian radicalmente.
Significa que lo que has conocido tradicionalmente como «sexo», que relacionas con tu pene, con pareja, penetración y eyaculación- ya queda relegado. La inmensa fuerza que sientes en tus testículos y que llega a “enloquecerte” si la dejas “ahí reposada”, es en realidad tu poder creador, tu energía sexual.
Estarás de acuerdo conmigo cuando te digo que es una fuerza, ¿no? Es un impulso. Y cada cierto tiempo luego de eyacular -días, horas- puedes sentir que se renueva tomando cada vez más potencia, que te impulsa a volver a tocarte para correrte. Te impulsa a querer sacarte esa presión de tu cuerpo. ¿Qué pasaría si esa fuerza no la sacas del cuerpo, sino que la usas para imprimir enfoque, impulso y dirección a tus metas y proyectos? Me apoyarías cuando digo que si esa presión la pusieras en tus objetivos, algo pasaría, algo se movería ¿verdad? Si ya es bastante fuerte como para mover tu cuerpo hacia la eyaculación, entonces moverá todo lo que ese impulso “toque”.
La neurociencia ha demostrado que la meditación con la energía sexual puede reorganizar las conexiones neuronales, reduciendo el estrés, regulando las emociones, organizando el sistema endocrino, y mejorando la comunicación entre el cuerpo y el cerebro. Esto no sólo significa que tendrás una salud increíble, sino que tus capacidades mentales y de creación, se triplicarán. Pues si tu cuerpo, mente y emociones tienen salud y vigor, te encuentras en un estado donde puedes materializar cualquier cosa que te propongas. Valdría la pena conocer más al respecto ¿verdad?
Te dejo algunos beneficios que traerá a tu vida el conocer tu sexualidad con un enfoque holístico, más allá del sexo tradicional.
Sanación y Desarrollo Personal:
Conocer la energía sexual y aprender a usarla más allá de los genitales y el coito, es uno de los caminos de sanación y realización personal más potentes que existen. Cuando aprendes estas técnicas de sexualidad sagrada, comienzas a darle una nueva información a tus cuerpos energéticos. Esto significa que aspectos “no tangibles” como heridas emocionales, patrones de creencias y estructuras de pensamiento, comienzan a evolucionar. Aprendes a usar toda la capacidad creadora presente en tus genitales, para sanarte a ti mismo. De esta manera, el primer proyecto importante en este camino eres tú. El resultado es el cultivo de un poder personal sin precedentes.
Conexión Emocional y Relaciones Saludables:
La energía sexual despierta la sensibilidad y sana emociones. Esto no sólo incluyen situaciones personales, sino en pareja. Este camino permite conectarse emocionalmente con tu compañera o compañero. Los hombres que cultivan una relación consciente con su energía creativa tienden a tener relaciones más profundas y satisfactorias, permitiendo que los problemas de pareja dejen de ser un lastre constante. Incluso, permite salir de la aparente monotonía en vínculos que llevan años.
Esto no sólo es un beneficio a nivel del hogar y la familia, sino para tu avance en general, pues cuando tu mundo emocional está equilibrado, tienes energía de sobra para invertirla en tus propósitos y metas.
Reducción del Estrés y Bienestar General:
Estamos en un medio donde el estrés químicamente está amenazando la salud y el bienestar. En otras palabras, estamos aniquilando nuestro sistema nervioso con altas dosis hormonales de estrés. Y esto se refleja en tu actividad sexual. El aprendizaje general que has adquirido desde la pornografía, que luego tratas de recrear desde tu experiencia, está basado en un tipo de sexo de alta fricción, muchas veces con afán y sin tiempo ni espacio para sentir realmente el cuerpo. Esto funciona como una descarga del cuerpo ante los altos niveles químicos de adrenalina y cortisol, las hormonas del estrés. Sin embargo, si aprendes a manejar primero tu energía, y meditas con ella, el encuentro íntimo con seguridad tendrá hormonalmente un alimento distinto para tu red neuronal.
Trabajar en la energía sexual desde una perspectiva holística ayuda a la liberación de hormonas benéficas como la oxitocina y la serotonina. Además, el contacto íntimo con las sensaciones del cuerpo promueve la relajación y una sensación de seguridad que tu sistema nervioso agradecerá.
Materialización:
Traer proyectos a la materia necesita más que un plan de acción. Es necesario una fuente de genialidad, habilidades especiales y una inteligencia única para que llegues al éxito. Esto, más allá de las teorías administrativas clásicas, requiere altísimas dosis de energía. Pero no cualquier tipo de energía. Energía enfocada, creativa, vibrante, que te permita llevar todo a cabalidad. Esa energía reposa en tus testículos, está contigo día y noche, y es el recurso que deberías usar para dar paso a tu realización personal. Suena extraño, lo sé. Pero la energía, al ser vibración pura, es una entidad que puedes dirigir y transformar. Que este conocimiento no lo aprendas en la escuela tradicional, no significa que sea una información menor, sin validez o sin importancia. Es en realidad la fuente para todo lo que quieras ser o hacer en la vida.
Mayor Placer y mejores amantes:
Los hombres que practican técnicas como el control de la respiración y la meditación con la energía sexual, sin duda se convierten en mejores amantes. Aunque este no sea un objetivo, es realmente un efecto de las prácticas. Al despertar mayores niveles de sensibilidad, el hombre podrá acercarse más a su compañera. Y habrás notado a la fecha que tus mejores encuentros los has tenido cuando mayor conexión había con tu chica, y cuando ella lograba disfrutar con más intensidad. Pues bien, entender que la profundidad en la unión sumado a entender el placer femenino, harán que tu propio disfrute aumente de manera exponencial cuando abres tu perspectiva de la sexualidad.
Aunque comencé mi trabajo atendiendo a mujeres, poco a poco comenzaron a llegar hombres a mi consulta. Luego de observar avances significativos sobre sus situaciones personales, llegaba cierto punto donde ellos mismos definían las barreras que no los dejaron acercarse mucho antes a este tipo de conocimiento. Nombraré unas cuantas por si tú como hombre, te sientes paralizado ante alguna de estas situaciones:
«Ya soy el mejor amante, no necesito saber nada más»
Muchos hombres creen que ya saben todo lo que hay que saber sobre el sexo. Ya sea porque ha tenido una experiencia sexual amplia: con múltiples felicitaciones de parte del público femenino, o porque ha experimentado bastante con prácticas poco tradicionales como intercambio de parejas, tríos, entre otras.
Sentir que nada te puede sorprender, es una especie de cáncer en la vida. Uno silencioso, pero potente, que te puede estar desconectando de la capacidad de asombro, esencial para vivir con intensidad. Esta actitud puede ser una barrera significativa que te puede estar alejando de experiencias que ni siquiera has podido imaginar. Y no solo hablo de niveles de placer en la cama, sino vivir estados de realización personal e incluso espiritual. Ambos, estados internos que el ser siempre ha querido alcanzar. La verdadera maestría sexual no solo se trata de habilidades físicas, sino también de conciencia emocional y energética.
“Abrirme y ser vulnerable en este tema, me genera inseguridad y temor”
Hablar abiertamente sobre la sexualidad puede ser visto como una amenaza a la masculinidad. Es una de las presiones más agudas que viven los hombres: el tamaño de su miembro, y su performance en la cama. Sin embargo, la verdadera hombría no estaría completa sin la capacidad de explorar y entender la propia profundidad personal. Ese sí es un viaje de valientes, que extrae al “macho” completo: Un hombre con un pene consciente, un corazón vibrante, un cerebro completamente despierto y un sentido espiritual que atrae.
“Aún no me convence esto de la energía, parece muy bueno para ser cierto”
El escepticismo es comprensible, especialmente cuando se trata de conceptos que parecen alejados de la ciencia convencional. Sin embargo, la integración de la neurociencia y la espiritualidad muestra que estos enfoques no son mutuamente excluyentes. La ciencia moderna está comenzando a reconocer los beneficios de las prácticas holísticas en la salud sexual y general. Recuerda: Que no lo conozcas, no significa que no esté comprobado.
La invitación es vaciarse de viejos y oxidados conceptos sobre el sexo y la masculinidad, para dejarse “penetrar” por una nueva visión evolucionante. Sé que para un hombre, esta invitación no es socialmente aceptada, pues un hombre “penetrado” es todo lo contrario a un “hombre de verdad”. Y ahí radica el verdadero desafío. Abrirse a cosas nuevas requiere vulnerabilidad, es la única manera de adquirir algo significativo: dejándolo entrar en ti.
Las prácticas de sexualidad sagrada para hombres, incluyen la respiración consciente, la meditación y la conexión íntima, sin centrarse exclusivamente en el orgasmo. Los enfoques holísticos ofrecen un camino equilibrado y accesible para todos los hombres, independientemente de sus creencias previas y de su desempeño sexual actual.
Próximamente estaré dictando una clase exclusiva para hombres, llamada «Energía sexual masculina para el éxito personal» donde iré más a fondo sobre cómo usar toda tu fuerza sexual para algo más que tener sexo. Sólo regístrate HACIENDO CLIC AQUÍ y luego únete al grupo oficial de whatsapp de para recibir el link de la clase. ¡Te veo dentro!
